jueves, 3 de octubre de 2013


EL COLOR, LA SENSACIÓN INCOMUNICABLE

El color ha sido observado y clasificado a lo largo de la historia por artistas, pintores, filósofos y en general  por la sociedad. Los nombres de los colores con sus respectivas tonalidades han sido una herencia que hemos recibido de nuestros antepasados. Los seres humanos han intentado desde sus principios clasificar esa sensación incomunicable a la que llamaban color poniéndoles  nombres  asociados a objetos, a seres vivos, a paisajes  a sensaciones.



Sin embargo podemos afirmar que el color no existe en sí mismo, es  una percepción que captan nuestros ojos con el reflejo de la luz en los objetos. Científicamente cada objeto absorbe  una longitud de onda electromagnética que es la que nosotros percibimos en nuestros ojos, pero en realidad la tonalidad dependerá de nuestros ojos.

El color que percibimos con nuestro ojo varia de tonalidad de unas personas a otras, por lo tanto nadie es capaz de afirmar que un objeto es de un color concreto. Así también las sensaciones que nos transmite un color dependerán de nuestras vivencias y lugar  donde vivimos o donde hayamos viajado.


Así en el mundo del arte nunca podremos captar las obras con la misma esencia con la que fue creada por el artista, ya que nuestra visión y sensaciones que experimentamos de  los colores no se regirán por las mismas sensaciones  que quería demostrar su autor. Podremos entender la obra pero nunca con la visión de su creador.

1 comentario:

  1. Me ha gustado tu entrada y, también, el título y la fotografía. Color que comunica emociones, pero que no se puede compartir... Interesante.

    ResponderEliminar